viernes, 4 de diciembre de 2009

LEY DEL EFECTO

CAPITULO III
LEY DEL EFECTO

Edward Thorndike, junto con Ivan Pavlov, B.F. Skinner y otros psicólogos, asumieron como mecanismo esencial del aprendizaje la llamada “Ley del Efecto”, descubierta por el primero de ellos en una serie de experimentos en donde unos gatos debían empujar una serie de pestillos y cuerdas para salir de la caja donde estaban confinados. Tales experimentos dieron lugar a la tesis doctoral de Thorndike, leída en 1898, y descrita y discutida con mayor precisión en su famoso libro sobre Inteligencia Animal de 1911.
· La Ley del Efecto de Thorndike
Es, en la práctica, una transposición de la teoría darwinista de la evolución de las especies al campo del aprendizaje de nuevas conductas. Al igual que aquella, mantiene que para que un nuevo comportamiento adaptativo (inteligente) surja y se mantenga son necesarios dos mecanismos básicos: variación y selección. Mediante variaciones de los comportamientos existentes se producen nuevas conductas que se enfrentarán a los nuevos retos que plantean las nuevas situaciones. Pero sólo aquellas variantes que resulten exitosas, sobrevivirán y se mantendrán “ligadas” a la nueva situación, de forma que si ésta vuelve a presentarse aquellas conductas reaparecerán (selección del comportamiento adaptativo). A ésta forma de aprendizaje se la conoce como “Aprendizaje por ensayo y error”. Nada hay de planificación previa, inteligencia o diseño que anticipe la solución. Ésta aparecerá como consecuencia de la interacción continua de dos mecanismos básicos, variación y selección, a través de un proceso gradual y progresivo de pequeños cambios acumulativos. La conducta no es inicialmente inteligente ni va dirigida a ninguna meta o finalidad. El sentido adaptativo, la “inteligencia” o el propósito de tales comportamientos son etiquetas que añadimos a dichas conductas cuando observamos los resultados del mismo al final del proceso. Lo mismo que nuestro cuerpo tiene dos ojos, dos piernas, dos brazos y simetría bilateral no porque esa característica fuera el objetivo impulsor o meta a la que se dirigió la evolución de nuestra especie (explicación lamarkiana) sino porque resultó ser la variante que sobrevivió en nosotros y nuestros ancestros de entre las opciones disponibles (pero pudo haber otras…).
El problema, tanto para la explicación darwinista como para el aprendizaje por ensayo y error reside en las soluciones complejas, aparentemente irreductibles a cambios más simples.
· Experimentos de Thorndike
Experimentando con distintos modelos de cajas-problema, Thorndike observó que, en un principio, la conducta de los gatos se basaba en el método del "ensayo y error". Los gatos se movían y ejecutaban diferentes acciones, probando hasta dar con la que servía para sacarlos del encierro. Sin embargo, también hizo notar que la latencia de respuesta (es decir, el tiempo que tardaba cada gato en realizar la conducta correcta que abría la caja) se reducía notablemente conforme adquirían experiencia con cada caja en particular. Es como si el gato dijera "Ey, yo he estado antes aquí, reconozco el lugar, y este problema que me plantean ya me lo conozco: sólo tengo que hacer así... espera, no con la pata de esta otra forma y... ¡Libre!". Hablando en otros términos, esta reducción en la latencia mostraba que los gatos estaban aprendiendo a resolver los problemas que se les presentaban en cada caja.El mecanismo que subyacía a este aprendizaje estaba aún por ser desvelado. ¿Qué motivaba a un gato a repetir la misma conducta que le había servido para salir de la caja en ocasiones precedentes? A partir de sus experiencias con cajas-problema, Thorndike estuvo en condiciones de formular en 1898, por fin, la famosa ley del efecto, que puede resumirse así: Cuando una conducta (ej: golpear una palanca) es seguida de una consecuencia satisfactoria (ej: verse libre de la caja), aumenta la probabilidad de repetir esa conducta en el futuro. Según Thorndike, esto sucede porque en estas situaciones se está fortaleciendo la asociación entre la representación mental de un estímulo "X" (ej: una caja-problema en concreto) y una conducta "Y" que se vio seguida de la consecuencia positiva. De forma que, si en otro momento vuelve a presentarse el estímulo "X" (ej: si se vuelve a meter al gato en la misma caja) la probabilidad de que se ejecute la conducta "Y" en vez de otras conductas alternativas aumenta. Por otro lado, no hay razón para que la conducta "Y" se repita en situaciones donde está ausente el estímulo "X" (es decir, cuando el gato está en otra caja diferente), porque la asociación que se fortalece es entre la representación de cada caja concreta y la conducta concreta que la abre.La generalidad de la ley del efecto, incluso hoy en día, sigue vigente en muchas esferas de la vida. Si un niño advierte que obtiene la atención de sus padres (una consecuencia positiva) después de montar un buen berrinche (una conducta), es probable que aprenda a repetir sus rabietas a menudo. Conocer este mecanismo permitirá a los padres bien informados evitar ese tipo de problemas. Por otro lado, la ley del efecto de Thorndike fue la base de los posteriores estudios de B. F. Skinner acerca de los mecanismos del reforzamiento, otra de las pocas leyes generales de la Psicología. Trivializando esto un poco, es emocionante lo que pueden dar de sí ciertas observaciones y líneas de estudio. Una vez una persona (dicen) vio caer una manzana y formuló la ley de la gravedad. En otra ocasión, como acabo de relatar, otro científico se puso a meter gatos dentro de cajas y formuló otra ley natural, la ley del efecto, de aplicación en la vida cotidiana de los seres humanos e implicaciones de muy largo alcance. Por cierto, haré notar que lo de los gatos y las cajas es ya todo un clásico en ciencia: ¿qué sabríamos de la ley del efecto si a Thorndike le hubiera dado por pedirle prestado su gato a Schrodinger para luego encerrarlo en una de sus cajas? ¿Estaría el gato vivo o muerto, o las dos cosas a la vez? Es algo con lo que prefiero no especular para no provocar dolores de cabeza...Por último, no quisiera dejar esto sin mencionar, ya en clave de humor (cuidado, estudiante desprevenido), una recientemente descubierta limitación de la ley del efecto, que recibe por nombre "Ley del DEfecto", y se aplica especialmente a la fauna ibérica: Santiago Benjumea nos lo cuenta aquí, con diapositivas y todo, muy profesiona
· Wolfgang Köhler,
Durante la primera guerra mundial, el psicólogo Wolfgang Köhler, junto con su esposa Eva, realizaron una serie de experimentos con chimpancés en el que de hecho fue el primer centro de primatología del que tenemos noticia: la, recientemente desaparecida casa amarilla de la isla de Tenerife (en realidad un centro de espionaje de tráfico marítimo al servicio del gobierno alemán). En dichos experimentos se enfrentó a estos animales a diversos problemas complejos, el más famoso de los cuales fue colgar un plátano inaccesible ante el chimpancé y dejar varias cajas por su jaula. Inicialmente el chimpancé se mostró aparentemente estúpido, dando saltos para tratar de coger el plátano, aunque tras cierto tiempo de infructuosos ensayos colocó una caja bajo el plátano, se subió en ella y lo alcanzó. Para Köhler la solución se produjo de forma instantánea , por intuición (“insight”), es decir, por la captación repentina de la estructura perceptiva del problema. El aprendizaje por insight pronto se convirtió en un buen candidato para separar a los humanos del resto de las especies, en un nuevo ataque de orgullo antropocéntrico, eso sí, esta vez compartido con los primos primates. Y si de paso se dañaba al maldito y peligroso conductismo…miel sobre hojuelas.
A pesar de que en la literatura aparecen frecuentes dificultades al tratar de reproducir los hallazgos de Köhler bajo condiciones más controladas que las que se dieron en la casa amarilla (en donde no se controló la posible experiencia previa de los animales en problemas similares surgidos en su medio natural) …la palabra mágica “insight”, aprendizaje por discernimiento o “intuición” ha servido para tranquilizar a quienes abominan de la idea de que el ser humano comparta mecanismos de aprendizaje simples con los demás animales.
Lo malo es que el decir que un sujeto aprende por intuición o discernimiento, lo mismo que el decir que una estructura compleja es irreductible a partes más simples se enuncia un problema, no una solución. Y, peor aún, parece vetarse las posibles soluciones procedentes de un análisis más penetrante del problema.
· Robert Epstein
En 1984, Robert Epstein, un discípulo de Skinner, junto con un grupo de colaboradores, publicaron un experimento en la prestigiosa revista Nature, en donde entrenaron a unas palomas en los siguientes tres repertorios de conducta:
1) Picar una pequeña banana de plástico
2) Empujar una cajita hacia un punto del suelo marcado con una mancha (colocada en diversas posiciones aleatorias durante el entrenamiento)
3) Subirse a la cajita
Después de que dichos repertorios fueron entrenados por separado, se enfrentó a los sujetos al nuevo problema: se colocó la banana a una altura inaccesible y una cajita en un lugar aleatoriamente elegido. Al principio la paloma, tal como podemos ver en el siguiente video, se mostró particularmente estúpida, como los monos de Köhler, tratando de alcanzar mediante saltos la banana. Pero en muy poco tiempo “se hizo la luz” en sus cabecitas: empujaron la caja bajo la banana, se encaramaron y acabaron picando el plátano.caballo en vez de vigilar los sutiles movimientos del domador no hacía sino facilitar el ingenioso engaño.Trucos de feria. No hay datos hasta nuestros días de cuadrúpedos capaces de dividir sin calculadora o de resolver integrales, pero, ¿acaso no es interesante en sí la complejidad del comportamiento implicado en este divertido engaño? Y, lo que es más importante, ¿qué mecanismos subyacen al aprendizaje de ese comportamiento? La respuesta, sorprendentemente, llegó cuando a un joven psicólogo le dio por encerrar gatos en cajas.Edward Lee Thorndike quedó intrigado con los fenómenos como Clever Hans y se propuso investigar cómo tenía lugar el aprendizaje de conductas en los animales. En una primera fase, no me pregunten cómo, convenció a su mentor William James de que le prestara el sótano de su propia casa para experimentar con docenas de pollos, lo cual dice mucho de la tenacidad del investigador y de la paciencia del maestro. Después cambió de sujeto de estudio y comenzó a criar gatos para encerrarlos en lo que se dio en llamar "puzzle-boxes" o "cajas-problema". Las cajas-problema se parecen a jaulas que cuentan con algún tipo de mecanismo que permite al minino encerrado en su interior abrir la puerta (por ejemplo, tirando de un cordón, o presionando una palanca). Una caja-problema es, en esencia, un laberinto como los que popularmente se utilizan para investigar el aprendizaje espacial con ratones, sólo que conceptualizado de otra manera: si en un laberinto el ratón tiene que aprender a hacer determinados giros en ciertos lugares para salir de su encierro, en una caja-problema de Thorndike el gato tiene que aprender a ejecutar determinados movimientos (tirar de una cuerda, golpear una palanca) para hallar la libertad y zamparse la merienda.

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